volta ermites

Un año más, y ya van un total de 20 ediciones, la tradicional Volta a les Ermites de Borriana ha vuelto a demostrar la devoción que los vecinos y vecinas de la ciudad tienen por esta actividad, ya que tras el recuento de inscripciones y reparto de camisetas, que este año se han mejorado para convertirlas en técnicas a la vez que conmemorativas, han sido cerca de 800 las personas que se han dado cita junto al casal de la Falla Don Bosco para tomar la salida de la Volta. Y hasta allí también se han acercado para participar en este vigésima edición de la Volta a les Ermites, la concejala de Fiestas, Lluïsa Monferrer, así como la alcaldesa, Maria Josep Safont, o la también concejala, Cristina Rius, quienes, un año más, han querido “tomar parte en esta iniciativa que prácticamente es una tradición en Borriana, y que combina a la perfección el ejercicio físico y los hábitos de vida saludable con el conocimiento de nuestro patrimonio arquitectónico repartido por el término municipal, por ello la concejalía de Fiestas siempre colabora y hace todo lo posible para su organización. También en esa salida estaban presentes los miembros de la Falla Don Bosco que un año más se han encargado de la organización e inscripciones y de tenerlo todo a punto para que nada fallase durante el recorrido. Y así ha sido, ya que como destacaba desde la Falla, Salvador Doménech, “estamos muy contentos con esta vigésima edición, ya que además de recuperar actos como el de la Paella Monumental que hemos celebrado al finalizar el recorrido, o ir aportando cada vez más material, refrigerios y comida durante la Volta, hace que cada año lleguemos a cifras tan importantes de participación como las cerca de 800 personas que hoy se han dado cita aquí”. Así, ya desde el inicio, centenares de personas han podido disfrutar del ritmo con el que se desarrolla la Volta a les Ermites, que sin ser una competición, también hace posible la práctica deportiva, ya que son un total de 25 kilómetros los que se recorren un año más. Tras pasar por la Ermita de Sant Blai, todavía dentro de la ciudad, los y las participantes han iniciado el camino que les lleva hasta la Ermita de Santa Bárbara, dónde la organización ofrecía un completo almuerzo para recuperar las fuerzas que se hubieran podido perder durante el primer tramo, pese a que también en la salida se ofrecía un completo desayuno con chocolate y fartons. Más tarde, la Volta de les Ermites recorre parte del Clot de la Mare de Déu para pasar por al Ermita de la Mare de Déu de la Misericòrdia, dónde una vez más se ha podido reponer fuerzas gracias a las bebidas y refrigerios que este año se han repartido en todas y cada una de las paradas en el recorrido. Tras recorrer la fachada marítima a través de la Avenida Mediterránea, la Volta alcanza la zona sur del término municipal para visitar la Ermita del Ecce Homo y finalmente la de la Sagrada Familia, última parada antes de la vuelta al casco urbano y del aplauso final con el que muchos y muchas de las participantes han finalizado el recorrido. Hacia las dos del mediodía el olor a paella ya podía sentirse en el punto tanto de salida como de llegada de la Volta, ya que en esta vigésima edición, la organización decidía recuperar la Paella Monumental a la que se tenía derecho por el módico precio de dos euros. Tal y como han coincidido en señalar tanto los miembros de la Falla Don Bosco, como las mismas representantes municipales “de nuevo la Volta a les Ermites se muestra como un referente, como una cita prácticamente ineludible para los y las borrianenses, y que después de dos décadas está más que asentada en la capital de la Plana Baixa, siendo incluso motivo de inspiración para otros eventos de este tipo que en los últimos años han surgido en localidades vecinas, lo que todavía nos hace estar más satisfechos de ver la gran participación que en este domingo se ha vivido en Borriana”.