La 'Ruta residuo cero' finaliza en Burriana

La ciudad de Burriana ha sido el final de etapa de la 'Ruta al Residuo Cero', un viaje en bicicleta desde Guadalajara realizado por un grupo de estudiantes y sus monitores con el reto de demostrar que el residuo cero es posible

Se trata de una iniciativa organizada por la asociación ecologista madrileña Mar de Tierras, en la que han colaborado el Ayuntamiento, el IES Jaume I, y el Agrupament Escolta Borriana, con el objetivo central de concienciar a las personas de la importancia de introducir el hábito del consumo responsable y no producir residuos que perjudican nuestro entorno.

Vecinos y vecinas de la localidad, estudiantes y profesorado del IES Jaume I y jóvenes de l'Agrupament Escolta Burriana recibieron al grupo ecologista en la zona marítima y les acompañaron a realizar el último tramo del trayecto hasta el final de etapa en la plaza de la Mercé, donde el concejal de Sostenibilidad Medioambiental, Bruno Arnandis, y el de Educación, Joan Ramón Monferrer, les dieron la bienvenida al municipio.

En este final de etapa, los representantes del grupo ecologista Mar de Tierras explicaron el proyecto y agradecieron el recibimiento, y los profesores del colegio también lo expusieron pero desde una perspectiva pedagógica. Los chicos y chicas protagonistas del proyecto compartieron su experiencia de forma muy emotiva y consideraron la experiencia “muy positiva”.

Así, manifestaron que tras su vivencia en la búsqueda de alternativas más respetuosas con el medio ambiente y hábitos de consumo más cuidadosos con la naturaleza, han resuelto que “se puede vivir sin plástico”, y que un cambio de modelo “es posible” y, también, que el residuo cero “es un reto alcanzable”.

En la Ruta al Residuo Cero, desde Guadalajara hasta Burriana, han participado un grupo de unas veinte personas, miembros de la asociación y estudiantes de Escuela IDEO de entre 11 y 14 años, que han realizado este peculiar viaje en bicicleta durante ocho días, con el propósito de no producir residuos a lo largo de todo el trayecto.

El final simbólico de este singular viaje ha sido en Burriana, una ciudad con mar, un destino compartido desgraciadamente con la mayoría de los residuos plásticos que pueblan nuestro entorno y que acaban en el mar, con las nefastas consecuencias que ello conlleva.